LA BALDOSA DE BILBAO
Hoy voy a hacer un homenaje a la baldosa de Bilbao . A lo largo de los años se ha convertido en un símbolo para todo bilbain@. La baldosa es única y se utiliza en las calles de Bilbao, de ahí que la conozcamos como la baldosa de Bilbao. Fue diseñada para minimizar los resbalones debido al mal tiempo lluvioso. Con el tiempo se ha convertido en uno de los símbolos de Bilbao y por ello Marian Larrea le ha dedicado una colección
La Baldosa de Bilbao fue ideada en la primera mitad del siglo XX, para cubrir las necesidades de poblaciones con un clima lluvioso como el bilbaíno.
Se trata de una baldosa de tipo roseta originalmente fabricada en hormigón y arena gruesa -cubierta con viruta de hierro- y actualmente realizada con cemento. Se utiliza en las aceras bilbaínas desde que se sustituyó el antiguo asfalto.
Este tipo de baldosas roseta, se caracterizan por sus surcos en forma de flor y los cuatro canales que desaguan la lluvia. El dibujo se repite cuatro veces en una baldosa cuadrada de sesenta centímetros de lado.
Existen muchas otras baldosas similares de tipo roseta, de diferentes tamaños, algunas anteriores al diseño bilbaíno. La baldosa de Bilbao se exportó a numerosas ciudades de todo el mundo, especialmente en España, Guinea Ecuatorial y varios países de Sudamérica como Argentina.
Algunas fuentes citan que fue el propio consistorio bilbaíno quien comenzó a fabricarlas en un taller propio entre los años cuarenta y cincuenta del siglo XX.
Sin embargo, otras atribuyen una fecha de fabricación de las primeras unidades anterior, entre los años veinte y treinta. Éstas, fueron elaboradas por Eduardo Sáenz Venturini (hermano del escultor bilbaíno Federico Sáenz Venturini), hasta mediados de los años treinta, en su fábrica de piedra artificial de la avenida San Mamés, de donde también saldría piedra que decora otros conocidos edificios como el Mercado de la Ribera, el Kiosko del Arenal o la Pérgola de Doña Casilda, entre otros
